En estos días debo decidir dónde haré mis prácticas de tercer curso de Grado en Educación Primaria, el Practicum II de esta carrera.
El año pasado tuve una increíble experiencia en mi colegio de toda la vida, el Colegio Calasancio. En esta ocasión puede que elija otra opción, por aprender de otros centros y otros docentes.
¡Os contaré qué acabo decidiendo!
Ahora, procedo a recordar con vosotros qué tal fue el pasado curso.
«La experiencia pedagógico-didáctica llevada a cabo por los alumnos en el periodo de prácticas, deberá atenerse a unos principios de análisis. Esta actividad se centrará, sobre todo, en la elaboración de una Memoria en la que consten las actividades realizadas por los alumnos.»
Así empezaba el documento que se nos dio con las instrucciones pertinentes para elaborar la memoria de prácticas que tuvimos que hacer, y que os muestro a continuación.
ÍNDICE
Introducción
Experiencia de prácticas
Seminarios
Conclusiones
Introducción
Las prácticas las he realizado en el Colegio Calasancio de Córdoba. Es un centro concertado en el que se ofrecen las etapas educativas de Infantil, Primaria y Secundaria, cada una de ellas con dos líneas por curso. Este centro religioso, fundado en 1929, se ubica en la Sierra de Córdoba, a 2 kilómetros del centro de la capital. A lo largo de los años, el Colegio se ha ido adaptando a los distintos planes de enseñanza, buscando responder en todo momento al carisma de Santa Paula Montal. Ésta y San José de Calasanz son los fundadores de su idea de enseñanza y figuras fundamentales en el centro. La finalidad de su Misión Escolapia es educar a las generaciones actuales para dar respuesta, con nueva mirada, a los retos y objetivos que, desde una escuela humanizadora, evangelizadora e innovadora, su Misión tiene planteados hoy.
Mi tutora profesional ha sido Yasmina Fernández Pérez, que también tutoriza la clase de 2ºB de Primaria, donde da las asignaturas de Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas, Ciencias Sociales y Educación Física. También imparte clases de Ciencias Sociales y Educación Física en la otra línea de segundo, y Psicomotricidad y Matemáticas en Infantil. Durante prácticamente todo mi periodo de prácticas la he acompañado a todas sus clases. Decidí, asesorado por mis tutoras -profesional y académica- y con el permiso de la jefa de estudios del colegio, que lo conveniente era que fuese a otras clases de Primaria cuando Yasmina estuviera en Infantil. Así que, después de vivir la experiencia en Infantil la primera semana, tuve la oportunidad de conocer el trabajo de otros maestros en asignaturas de Educación Física y Religión en 1º y 2º de Primaria, respectivamente. En igual forma pude acompañar al Orientador en la realización de su trabajo durante varias horas.
En lo que respecta al horario, la entrada la realizaba a las 9.00 y la salida a las 14.00, con un descanso de 30 minutos a las 11.15.
Resulta oportuno indicar que fui alumno de este colegio en todas las etapas educativas que actualmente sigue ofreciendo, por lo que el trato con todos los integrantes del centro ha sido más cercano y la convivencia muy agradable.
Experiencia de prácticas
Al ser antiguo alumno del colegio no me ha sorprendido el trato tan cercano que han tenido con nuestra llegada. Por este motivo, tanto para mi como para otra compañera ha sido muy especial la vuelta. No obstante, creo que la acogida ha sido muy buena para todos los compañeros.
Nuestro primer día fue un 27 de noviembre, día de San José de Calasanz. Calasanz, patrón de los maestros de escuela, fue el fundador de los Escolapios y por ello es una figura muy importante para este colegio. De ahí que en este día hubo un ambiente festivo en el centro y no realizaron las clases con normalidad, sino que se coordinaron actividades de carácter más lúdico relacionadas con el día que se conmemora.
En relación a la duración de las sesiones de clase, éstas están divididas en lo que llaman ‘tramos’, que son intervalos de 45 minutos. Empezando a las 9.00 y terminando a las 14.00, con un descanso de 30 minutos a las 11.15. Por lo que en total cada jornada se divide en 6 tramos. Me ha resultado muy interesante, puesto que se le da importancia al hecho de que un niño de esta edad no puede estar concentrado muchos minutos, así que creo que es preferible de esta forma a que fueran de una hora.
En cuanto al aula, la distribución de las mesas está enfocada a trabajar de manera cooperativa en grupos de varios niños, cambiando el número y los componentes cada semana. Esto fomenta que aprendan a trabajar con cualquier compañero y organizarse de diferentes formas.
Estos grupos se llaman ‘equipos’ y tienen que aprender, aparte de lo anteriormente mencionado, a compartir el material común –lápices, ceras de colores, sacapuntas y gomas- que tienen en bandejas y lapiceros, y mantenerlo ordenado.
En referencia a esto, es muy interesante conocer que, cuando trabajan de esta forma específicamente en una actividad, cada miembro del equipo tiene un rol con unas determinadas funciones.
Además de este trabajo cooperativo, también resuelven conflictos o toman algunas decisiones en grupo. Tienen lo que llaman ‘grupos base’, formados por grupos no académicos de 5 alumnos que son más afines. El objetivo es facilitar una buena convivencia en el aula. Cabe agregar que la manera de generar los grupos fue con la ayuda de un sociograma.
De acuerdo con mi punto de vista, que los niños se acostumbren a sentirse útiles y tener responsabilidades es elemental, y por eso me gusta mucho el reparto de funciones dentro del aula. Y es que hay responsables de cada asignatura, que se encargan de repartir y recoger el material necesario que indica la maestra para la actividad correspondiente.
Además de los encargados de asignaturas, los hay de pizarra, ventanas, puerta, etc.
Estos están pendientes de que estas partes del aula estén en orden a diario.
En referencia a la organización de las clases, es importante destacar que, al ser tutor y maestro de varias asignaturas, se puede aprovechar la capacidad de los alumnos en una asignatura para afianzar conceptos de otra que les cuesta más. Es decir, usar el tiempo restante de una para otra.
Respecto a las costumbres diarias del centro, una de ellas es rezar antes de empezar cada jornada. Uno de los alumnos lee la oración del día y se reza entre todos un Padre Nuestro.
Posteriormente se revisa el ‘lectómetro’ de cada niño. Éste es un sistema con el que se controla una lectura diaria de 15 minutos en casa, revisada por sus padres. Consiste en que el alumno tiene una cartilla mensual en la que sus padres les van firmando cada día que realiza dicha lectura, y semanalmente el niño podrá colorear un libro de su lectómetro si ha leído al menos 5 de los 6 días de la semana (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado/domingo).
En mi opinión es muy importante que los niños aprendan a leer fluidamente lo antes posible, así que me parece muy interesante incentivarlos de esta manera.
En relación con el material didáctico usado en clase, los libros que se utilizan son de la editorial SM. Estos libros disponen de la plataforma de Saviadigital, donde hay grupos con los padres a través de los cuales se les envían fichas y trabajos voluntarios, y además tienen los libros en formato digital. El profesor dispone de un libro específico que sirve de guía del de los alumnos, en el que se proponen actividades complementarias y material multimedia, teniendo resueltas todas las actividades propuestas también.
Cabe agregar que los viernes se supervisan las actividades complementarias de las diferentes asignaturas propuestas a través de la plataforma, sellando en la agenda tantas veces como actividades haya realizado el alumno.
En referencia a la evaluación de los alumnos, en este primer ciclo de Primaria no se tienen exámenes, pero se realizan diferentes pruebas para poder evaluarlos y hacerles un seguimiento. Una de ellas, más parecida al concepto de examen, es el TFI (Trabajo Final Individual). Este ejercicio se realiza en cada asignatura al final de cada unidad didáctica, en el que se preguntan los conceptos más importantes vistos en clase.
Al englobar los conceptos más significativos de cada asignatura, se puede observar si un fallo es muy recurrente en muchos niños. Entendiendo así que ese concepto no ha quedado claro y hay que volver a explicarlo.
Por ejemplo, en el TFI de Sociales se pedía dibujar varios elementos de un paisaje de montaña, entre ellos un valle. La gran mayoría de los niños preguntó durante la prueba que qué es lo que era, y no pudo por tanto dibujarlo.
Respecto a la asimilación de lo que se expone en clase intervienen muchísimos factores en el niño. Es sorprendente la diferencia entre dos grupos del mismo curso. Mi tutora da varias asignaturas en los dos grupos de segundo, y el ritmo de aprendizaje entre una clase y otra es mucho mayor en una de ellas.
También, dentro de un mismo aula, se pueden encontrar alumnos que necesitan más tiempo que otros para comprender lo explicado.
Frente a esto, la conclusión que saco es que hay que adaptarse al nivel medio de la clase. Si hay alumnos que terminan mucho antes los ejercicios propuestos, se les podrá dar una ficha complementaria sobre el tema. Los alumnos que no lleguen a terminarlo, tendrán que afianzarlo repasando y terminándolo como tarea.
En lo que se refiere a la capacidad de los niños, tuve la oportunidad de dirigir yo algunas actividades propuestas por la tutora, pudiendo comprobar en primera persona lo que anteriormente he expuesto.
A la hora de realizar una tarea individual, resulta complicado conseguir que los que terminan antes no se queden sin nada que hacer, y que los que les cueste más acaben terminando.
Creo que lo más importante respecto a esto es conocer bien a cada niño y saber de antemano el que necesitará ayuda durante la actividad, y poder atenderlo durante la realización de la tarea para que no se quede atrás.
Con el paso de los días, mi tutora fue delegando más tareas en mi. Me sorprendió cómo, poniendo en práctica lo que observaba en clase, intenté tener el control del aula y solucionar algún pequeño conflicto entre algunos compañeros. Me di cuenta que es mucho más complejo de lo fácil que pueda parecer cuando lo hace la maestra. Creo que la experiencia, sumada a la figura de ella que tanto respetan los alumnos, hacen que lidere la clase a la perfección desde el aprecio mutuo.
Con respecto a herramientas para mantener la disciplina, utilizan una muy útil para controlar el comportamiento de algún alumno que se haya portado mal repetidamente. Se le grapa a su agenda escolar una cartilla dividida por días en la que se indica si su comportamiento en clase ha sido bueno, regular o malo, con un icono sonriendo, serio o triste, respectivamente. Así, los padres están informados, pudiendo reforzar positivamente con un premio no material si la semana entera ha sido buena. Opino que es conveniente no sólo inculcar buen comportamiento y corregir los malos, sino que sea una tarea coordinada con los padres.
En lo que respecta a la Tutoría, cada semana se dispone de una hora de ésta en clase, en la que mi tutora aprovecha para hacer varias actividades que fomentan una buena convivencia.
En primer lugar, el responsable semanal de Rasi cuenta qué tal se lo ha pasado con ella y enseña las fotos de su experiencia. Rasi es una ardilla de peluche y la mascota de la clase. Cada semana se sortea a qué compañero de la clase acompañará esos días y ese niño tendrá que describir sus planes y adjuntar las fotos que haga con ella, para luego añadirlo al diario de Rasi. Una vez finalizado el curso, se tendrá un libro con todas las aventuras de Rasi junto con cada uno de los niños de la clase.
En segundo lugar, se abre el buzón y se reparten las cartas que haya para los correspondientes destinatarios. Es un buzón que hay en el aula en el que los niños pueden depositar libremente cartas a un compañero en concreto, a varios o a toda la clase. La única condición es que en ellas sólo se digan cosas positivas. Para fomentar la buena relación entre todos, eventualmente se sortea un papel con el nombre de cada uno para que todos reciban carta. Si ésta se dirige para toda la clase, se lee en alto.
En tercer término se da lugar a los alumnos a canjear los vales que hayan conseguido. Esta herramienta sirve para motivar al niño a tener un buen comportamiento o realizar una tarea concreta para conseguirlo. No existe una forma predeterminada de obtenerlos, pero sí es frecuente darlos, a criterio del profesor, por ayudar a algún compañero o tener una muy buena conducta en general. Existe una tabla en la que los niños pueden ver qué pueden conseguir con dichos vales y cuánto cuesta, pudiendo obtener desde una chuche hasta ser profesor por un día.
De la misma manera se usan lo que los niños llaman ‘puntos de monstruito’. Esta manera de incentivar al alumno se emplea más para las actividades de clase, mientras que los vales eran sobre todo para cuestiones de comportamiento. Estos puntos se llevan a través de la plataforma de ClassDojo, que es una plataforma de gestión del comportamiento, donde cada alumno tiene su avatar con forma de pequeño monstruo y acumula estos puntos, motivándose cada vez que consigue uno.
Y por último, en lo que se refiere a la hora de tutoría, si no hay que resolver ningún asunto más urgente o importante, se realiza una actividad para la competición de pares contra impares. Y es que los alumnos están ordenados por orden alfabético en números de lista del 1 al 26. Dividiendo entre pares e impares quedan dos grupos de 13, con los que está establecida una competición en la que van sumando un punto si ganan la actividad propuesta. En esta actividad por parejas se trataba de realizar operaciones matemáticas de manera mental, el primero que la dijese sumaba un punto para su equipo. Los pares ganaron un punto para la clasificación general, al ganar un mayor número de duelos.
En lo tocante a actividades interesantes vistas en clase, una dinámica que me dejó atónito fue la realización de un teatro. De manera que en clase de Lengua se leyó un texto que estaba guionizado, en el que participaron varios niños que lo interpretaron. Cuando se terminó éste que estaba dirigido, se propuso que hicieran -en grupos de cuatro- un teatro creado desde cero por ellos, con la única condición de que tenía que haber un narrador y que cada personaje tenía que intervenir un mínimo de tres veces. El tema y los personajes los escogerían libremente ellos. Cuando la maestra dio las pautas no paré de hacerme preguntas de cómo iban a ser capaces los niños de ponerse de acuerdo y llevar una secuencia correcta en el diálogo para que tuviera sentido, además de tener la imaginación y coordinarla con el resto de sus compañeros. Quedé estupefacto de ver cómo niños de 7 años lo hicieron prácticamente a la perfección en un tiempo de preparación muy corto, algunos incluso contando historias con intriga y/o con valores. Fue muy emocionante. Tanto es así, que al finalizar la actividad recalqué su gran trabajo diciendo que me había quedado asombrado de su labor y que había sido espectacular. Esto ocasionó que una alumna se acercase y se emocionara de felicidad por los comentarios de sus maestros. Por lo que volví a admirar la capacidad de un niño, también para tener la inteligencia emocional de valorar tanto las palabras de sus mayores.
Otra gran experiencia vivida fue el Oratorio. Enmarcado en la asignatura de Religión, el Oratorio es un momento en el que la maestra encargada de esta asignatura aprovecha para reflexionar de una manera más íntima sobre Dios, donde los niños aprenden además de meditar a relajarse. Me gustó mucho la manera de llevar la sesión por parte de la maestra, que hacía razonar y compartir a los niños sus pensamientos sobre Dios, fomentando constantemente el respeto, el turno de palabra y unas formas apropiadas. También pude observar cómo controlar una respuesta inoportuna por parte de un alumno. Hablando de esto con otros profesores y maestros, he llegado a la conclusión que reconducir o cortar una conversación por donde más convenga para el aprendizaje, y no perder el control de los alumnos, se aprende con la experiencia.
Esta misma maestra me dio la oportunidad de llevar una sesión íntegra de Educación Física de 1º de Primaria. Dicha profesora había visto la que su compañera hizo conmigo el día anterior con los alumnos de 2º y me propuso hacer la misma. Fue útil observar las diferencias en las capacidades físicas y cognitivas de los niños, debido a la diferencia de edad, para entender y ejecutar las actividades que se proponían. Se podía percibir perfectamente el año de desarrollo de ventaja que le sacaban unos a otros, y sorprenderse por algún caso particular que realizaba perfectamente todo lo planteado incluso mejor que la mayoría de sus compañeros mayores.
En la última semana, una compañera y yo hemos tenido la posibilidad de acompañar al orientador del colegio para diagnosticar a un niño con Altas Capacidades. Aprender de un profesional del sector sobre su labor y su visión de la educación ha sido muy enriquecedor.
Con respecto al diagnóstico de Altas Capacidades, el niño en cuestión era un alumno de último curso Infantil -5 años- que el año que viene pasará a 1º de Primaria. El orientador le hizo varias pruebas para evaluar su capacidad y lo que más destaco, además del desarrollo tan avanzado que tiene, es la actitud del niño. El cual estaba deseando que llegara el psicopedagogo para ‘jugar’ con él. Y es que un niño con ese desarrollo cognitivo se aburre en clase e interaccionando con sus compañeros. De hecho, en un recreo que tuve que acompañar a mi tutora a Infantil, este chico se quedó conmigo para seguir jugando con él al tipo de actividades que le proponía el orientador para calificarlo.
Al margen de esto, en este recreo pude comprobar cómo se puede ejercer autoridad sin perder las formas y sin transmitir miedo. Y es que los niños empezaron a jugar a ‘pillarme’. Esto originó que unos 50 niños se dedicaran a correr detrás de mi con lo que eso conlleva. Conseguí que se sentaran con la condición de que les iba a contar una historia, y empecé a hacerles preguntas sobre la Navidad. De repente varios de ellos empezaron a ser molestos y, después de varias advertencias, me levanté y conseguí a través de la comunicación no verbal transmitir seriedad, y explicar que si no se portaban bien no podía seguir siendo su amigo. Siempre he tenido muy presente que si ejerces una posición excesivamente amigable con los alumnos puedes perder el control de la situación, pero se puede perfectamente controlar si cortas a tiempo una actitud inapropiada.
A lo largo de esos días estuvimos celebrando festividades y preparando otras. Me parece apropiado que los niños sepan por qué dejan de ir al colegio y que le den importancia a esos acontecimientos. Me refiero en concreto al puente que tuvimos con la Constitución y la Inmaculada Concepción. Al igual que en cualquier tema del que se habla en clase se le pregunta abiertamente al grupo qué saben sobre ello, y luego se le explica con vídeos, juegos o actividades. Al ser un colegio en el que se trata la religión casi a diario, los alumnos sabían bastante acerca de la Inmaculada Concepción. Por otro lado, se aclaró la función de la Constitución y su importancia, y me resultó muy interesante.
Durante el transcurso de las semanas hemos podido ver cómo en estas épocas es usual la ausencia de algunos niños por diferentes razones. En este sentido, la tutora tenía perfectamente controlada la falta de los niños, ya que los padres se comunican con ella no sólo a través de la agenda sino también por correo electrónico, y en casos puntuales por teléfono. Unas de las razones más comunes de estas ausencias han sido por gripe y gastroenteritis. De hecho, algunos profesores, incluidos alguna compañera de prácticas y yo mismo, hemos estado enfermos algunos días. De ahí que sea consciente que al trabajar en un colegio sea recomendable prevenir y vacunarse, porque es altamente probable acabar contagiado.
Finalizando mi periodo de prácticas he podido ver cómo el temario de las diferentes asignaturas del primer trimestre se terminaba de explicar. Por lo tanto, los maestros aprovechaban para realizar actividades complementarias enmarcadas en la Navidad. Así las clases y el resto del colegio se han ido decorando con motivos navideños realizados por los alumnos. Además, se ha tenido que ensayar la función de Navidad que se realiza la última semana de clase.
Y es que en este colegio se representa desde hace un par de años un belén viviente, coordinado entre varios cursos (Infantil de 3, 4 y 5 años, y 1º y 2º de Primaria). Se interpretan las diferentes escenas bíblicas delante de los familiares de los niños, consiguiendo acercar a estos al colegio. De hecho, los escenarios y el resto del decorado son montados por los profesores y por madres y padres que van allí los días previos a ayudar. Creo que, aunque no es una actividad docente en sí, la mucha o poca predisposición de los profesores para que saliera bien demostraba en parte quién tenía vocación y pretendía ser un buen maestro.
En relación con lo anteriormente expuesto, el último día de clase se dedicó casi por completo a la realización de actividades navideñas. A destacar la llegada de los Reyes Magos que, además de pasear en carruaje de caballos y lanzar caramelos a los niños, les trajeron juegos a cada clase. Todo esto fue organizado por el AMPA, e incluso ‘Sus Majestades’ eran padres disfrazados.
Además, madres y padres de algunos de los niños de la clase visitaron el aula, y se coordinó una tarea que consistía en la elaboración de un muñeco de nieve en miniatura hecho con un calcetín lleno de arroz.
Es evidente poder añadir que los niños disfrutaron mucho de un día tan especial.
En lo que se refiere a la relación entre todos los profesores, resaltar la buena coordinación entre ellos. Siempre en contacto y ayudándose unos a otros constantemente.
Por último, destaco las muestras constantes de aprecio por parte de los alumnos. Han ido a más, no sólo porque cada vez la relación era mayor, sino porque eran conscientes de que mi periodo con ellos finalizaba. Lo que más me ha hecho pensar esto ha sido que dan mucho más de lo que reciben, porque para ellos el maestro es una referencia y alguien a quien admiran. Por lo tanto cada vez tengo más claro la importancia de nuestra labor y el poder, y por tanto la responsabilidad, que tenemos.
Seminarios
Jueves, 23 de noviembre. Preparando las prácticas
Al quedar tan pocos días para que comenzara mi periodo de prácticas, mis sensaciones en este seminario eran de nervios principalmente. Además de volver al que fue mi colegio, comenzaba una etapa en la que podría confirmar si hice bien al tomar la decisión de estudiar esta carrera.
En lo que respecta a la sesión, destaco la importancia que se le dio a las normas de educación básicas, es decir, ser respetuoso, cuidar la higiene, ser puntual, etc. No sólo íbamos a ser un ejemplo para los alumnos, sino que representábamos a una institución además de a nosotros mismos, y no debíamos de dar una imagen inapropiada.
De la misma manera, se hizo hincapié en la precaución que debíamos de tomar en el trato con los niños para no generar un malentendido, y así evitar cualquier problema legal. En relación con esto último, se nos aconsejó no hacer fotos a los menores, sobre todo en las que se pudieran reconocer sus caras, y no hacerlas públicas en redes sociales
Por otra parte, se explicó todo lo referente a Prácticum I: en qué consistirían el resto de seminarios, quién sería nuestro tutor académico, cómo hacer la memoria, qué función tendríamos durante las prácticas, etc.
Jueves, 30 de noviembre. Iniciando las prácticas. Humanizar la educación
Había sido nuestro cuarto día de prácticas y se iba a hablar de cuáles eran nuestras primeras sensaciones. De hecho, debíamos responder, como tarea del primer seminario, a una lista de preguntas referentes a ello. De tal modo que, durante la parte de la sesión en grupo con nuestra tutora académica, compartimos entre los compañeros cómo habían sido nuestros primeros días de prácticas. Cabe agregar que no todos estábamos teniendo las mismas impresiones, debido a que no todos estaban recibiendo el mismo trato, teniendo la misma participación o aprendiendo la misma metodología, por ejemplo. Respecto a esto, destaco las buenas impresiones con las que veníamos todos mis compañeros de prácticas en el Colegio Calasancio, en comparación con el resto.
Anteriormente, en la parte de la sesión conjunta dirigida por la coordinadora de prácticas, asistimos a una charla en la que ésta habló de la importancia de ser maestro y de humanizar la educación. En este propósito se expusieron algunas ideas fundamentales a tener en cuenta en nuestra labor como maestros. La mayoría de estas ideas han sido trabajadas en asignaturas como ‘Convivencia Escolar y Cultura de Paz en Educación Primaria’ y ‘Orientación Educativa’, durante este segundo curso.
Así, se comentó la importancia de la finalidad de enseñar, es decir, el ‘para qué’ además del ‘qué’ y el ‘cómo’. Con respecto a esta finalidad, debemos de ser conscientes de la responsabilidad de formar a personas que serán la sociedad del futuro. Por lo tanto, es fundamental que estos dispongan de unos valores, transmitidos a través del ejemplo dentro de una educación integral, situando a la persona como el centro de la educación.
Martes, 14 de diciembre. Experimentando el prácticum. Testimonio docente
En primer lugar, tuve la tutoría individualizada. En ésta, mi tutora académica -María Luisa Barasona- se aseguró de que mis prácticas estuvieran yendo correctamente. Al ver que estaba muy satisfecho con mi experiencia, me planteó valorar la realización de las prácticas del próximo curso en otro centro que no fuera el Calasancio. Siendo éste el colegio donde estudié, las sensaciones estaban siendo muy buenas, pero ella consideraba que podría ser enriquecedor conocer otra realidad. Me insistió en que se notaba que tenía vocación de maestro, y que podría aprender mucho haciendo prácticas en otro centro con diferente contexto, metodología, etc.
En segundo lugar, pasamos a tener una charla de Vicente Martín Tamayo, maestro de Primaria en el Colegio La Salle de Córdoba. De ésta destaco lo inspiradora que fue, consiguiendo motivarnos a no ponernos límites y atrevernos a hacer diferentes actividades relacionadas con la docencia.
Resulta oportuno comentar algunas de las ideas que compartió, como por ejemplo la importancia de educar a través de los sentimientos. En lo que se refiere a esto, lo primero que hace cada día con sus alumnos es la reflexión de la mañana, donde los niños comparten conjuntamente sus reflexiones sobre un tema que suele enfocar en valores. Gracias a esto, los niños aprenden a pensar y se enriquecen entre ellos, ayudándose unos a otros a sacar conclusiones.
Con respecto al trato con los niños, comentó que para los niños somos superhéroes. Una buena manera de sintetizar algo que he podido observar, y que es una realidad de la que cada vez soy más consciente.
Por último, en el grupo con nuestra tutora académica, estuvimos hablando sobre los aspectos positivos y negativos de la experiencia que llevábamos en nuestras dos primeras semanas de prácticas. Cabe destacar que hablamos de situaciones que nos habían surgido, cómo las habíamos afrontado y solucionado.
Conclusiones
Para empezar, una de las conclusiones más importantes que he podido sacar de este Prácticum I es que para ser un gran docente hay que tener conocimiento, habilidad y actitud.
En cuanto a conocimiento se refiere, destaco que, para estar sólo en el segundo curso de nuestros estudios universitarios, podemos decir que la formación que se nos está dando en el Centro de Magisterio de ‘Sagrado Corazón’ es apropiada para desempeñar la función de maestro. Ya que está enfocada de una manera muy práctica y, sobre todo, a tener siempre muy presente la importancia de nuestra labor.
En relación con la habilidad, o destreza, se adquiere con la experiencia. Y es por eso por lo que he sido muy consciente que, por mucho conocimiento que se tenga, muchas respuestas se adquieren poniendo a prueba lo que se supone que se sabe. Así, hablando con muchos profesionales de la enseñanza, concluyo que las ‘tablas’ que te hacen resolver las diferentes situaciones, se adquieren con el tiempo. Respecto a esto, muchos mantienen que, aun teniendo todo perfectamente organizado, el acabar siendo un buen maestro se basa en el método de ‘ensayo y error’, hasta acabar encontrando el acierto.
En lo tocante a la actitud, es necesario aclarar que esta va directamente relacionada con la vocación que se tenga. Ya que la predisposición y las ganas para encontrar soluciones son fundamentales para ser un buen maestro.
Seguidamente, puedo decir que me siento afortunado por las prácticas que he tenido por muchos motivos, destacando dos de ellos. El primero por el colegio en el que las he realizado, donde cumplen perfectamente la Misión Escolapia de humanizar, evangelizar e innovar. Misión con la que me siento totalmente identificado, no sólo porque fui alumno y recibí esa educación, sino también porque esos tres pilares me parecen esenciales para una buena enseñanza.
En cuanto a humanizar, el ejemplo lo he visto desde el primer día, fomentando una buena convivencia y un respeto constante entre todos los miembros del colegio.
En lo que se refiere a evangelizar, además de rezar diariamente se tiene muy en cuenta el mensaje cristiano a la hora de tomar a Jesucristo como ejemplo de vida.
Y en relación con la metodología, he podido ver ese carácter innovador: tiempos de clase en tramos de 45 minutos, trabajo cooperativo, refuerzo positivo, libros interactivos, pizarra digital, etc. Todo ello sin perder de vista la importancia de la tradición, respetando y conmemorando nuestra historia.
El segundo motivo ha sido la tutora que he tenido, Yasmina, junto con su clase de 2ºB de Primaria. Yasmina es una maestra joven con vocación, que disfruta de su trabajo y se preocupa por sus alumnos. Su implicación en mis prácticas ha sido total, interesándose por mi aprendizaje y por que estuviera cómodo en todo momento.
En definitiva, puedo decir que he aprendido mucho y he sido muy feliz, siendo cada vez más consciente de la importancia de la profesión que vamos a desempeñar, y con absoluta convicción de querer dedicarme a ello en el futuro.
Un comentario en “Prácticum I. Colegio Calasancio”